Desde Idaho, EE.UU. La adaptación sociocultural puede resultar la actividad más agotadora, y principalmente frustrante a la que debemos enfrentarnos cuando emigramos, para poder desenvolvernos en un nuevo ambiente.
El proceso de aculturación, que sin lugar a duda, es la mejor estrategia para la adaptación sociocultural, puede resultar desafiante, pero fue por la que yo opté, y al fin pude sentir que todo fluye después de tres años. Aunque aun me mantienen, por ahora, algo novata, y siempre preguntando; “qué es eso y con qué se come”. Todavía, y siento que para siempre, “le guardo respeto a la comida picante”, y mi acento en el inglés sigue siendo un desafío para mí, pero “me dejo llevar, voy con la corriente". “Si hay que saltar, yo salto”. “Si hay que bailar, yo bailo”. “Me he dado cuenta de que la felicidad está más cerca de aquel que cede”, y he tenido que eliminar definitivamente todo prejuicio, y quizás cualquier etiqueta pasada fabricada de mi misma, y abarcar este nuevo comienzo.
Aquí no importa quién eres o quién eras. Lo importante es que te adaptes, trabajes por lo que quieres hasta conseguirlo o mueres en el intento (en un sentido figurado).
Los Estados Unidos de Norteamérica pueden resultar una gran aventura, pero tienen que “caerte bien los gringos y sus costumbres”. y sobre todo aprender inglés, aunque bien es cierto que, la mayoría de los servicios a los que debes acceder como residente tienen personas que hablan español, también es un “no poder fluir libremente” mientras no sepas al menos un poco el idioma.
Me resultaba desafiante estar en medio de dos culturas, mientras atesoraba la mía, enfrentándome a la música, comida, comportamientos, festividades, clima e idioma diferentes, entre otras cosas.
En mi casa se sigue cocinando locrio de pollo y majando el plátano, pero la verdad las canciones que bailo o las fechas que celebramos ya no son dominicanas, Esas las guardo en mi alma.
Hace unos días atrás me vi horneando un Turkey (pavo), para la cena de Thanksgiving, comiendo apple pie y pumpkin pie, también nos disfrazamos para Halloween, que se celebra semanas antes de la cena de acción de gracias. En Halloween fuimos a buscar dulces en las casas de los barrios cercanos. Decíamos” Trick or Treat”; y recibiamos dulces. Todo esto, definitivamente es nuevo para mi.
Me veo disfrutando y celebrando la llegada del verano como si no fuera isleña. Oriunda de un lugar donde siempre el clima está caliente, y en esas fechas suelo llevar a mis hijos al lago, como si fuera la playa porque es lo único que tenemos más cerca, y hay que aprovechar el summer (verano).
Ahora estoy aquí, ya tengo el árbol navideño y deseaba que cayera nieve para prepararme un café con chocolate y marshmallow y poner la canción de Mariah Carey; All i Want For Christmas Is You. Y así sucedió.
En mi día a día uso frases como; es un desmadre, Have a Good Day, bye, bye, entre otras cosas, me he sorprendido hablando spanglish.
Voy a ferias de las diferentes ciudades de Idaho, disfruto las estatuas de hielo en el invierno, en el pueblo de McCall y bailó música country en las calles en el verano de Idaho, con gringas y gringos viéndome disfrutar su baile. También bailo El zapateado, (Muy mal por cierto) es un baile tradicional mexicano que me encanta. Y me deleito mirando a mis hijos divirtiéndose con el Ice Skates (patinaje sobre hielo), y Sledding (deslizarse sobre el hielo).
La necesidad de pertenecer que se encuentra intrínseca dentro de todos nosotros, rompe fronteras y supera las costumbres, idiomas, estándares, razas y nacionalidades. Recuerdo que al principio estaba reacia a no dejarme arrastrar por mi entorno méxico-americanizado. Mientras agarraba y atesoraba mis costumbres formaba una barrera enorme con las nuevas personas que ahora son parte de mi alrededor. Esa frontera ya no existe. Todos compartimos a través de los platillos, un poquito de nuestras tradiciones. “Quizás el chile y yo algún día nos llevemos bien”.
No, no me estoy volviendo mexicana, ni gringa, pero reconozco que “las costumbres se pegan en la piel y te ayudan a vivir”. Con tres nacionalidades en casa nos fuimos por la más fácil, adaptarnos al ambiente donde vivimos. Mi país, mis costumbres, mi sabor caribeño lo llevo en la sangre, pero USA me presto su cultura para pertenecer, sentirme como en casa y no morir de soledad.
Tome estas culturas por un rato, quizás días, quizás años, quizás para siempre. Tome estas culturas para hacer memorias a las palabras de Facundo Cabral “no soy de aqui ni soy de allá” . y le agrego; Soy de cualquier lugar.
Adaptarse a los Estados Unidos significa poder amar poco a poco sus costumbres e involucrarte en sus actividades si estás aquí o quieres estar aquí y pasarla mucho mejor. Procura también dejar huellas significativas de tu vida en los Estados Unidos y lo más importante, por favor aprende inglés, así tu vida será un poco más fácil .
Yancari Fleming
Licda. Administración de empresas, Autora de libros